La Soledad



Si no podemos encantarlos con la vida estamos fracasando,la vida no perdió su encanto, fuimos nosotros quienes perdimos el encanto por la vida.
El desencanto es la mejor arma de los mas corruptos, de los villanos de la historia, el desencanto nos aisla, nos encierra, nos separa, nos vacía de sueños.
Una generación desencantada no se siente útil, siente que al mundo, a la historia le da lo mismo que ella exista o no, una generación desencantada se siente sola.
Una generación desencantada pide a gritos un milagro, algo que le devuelva la fe en la magia, para volver a encantarse, para volver a creer en la magia esa generación debe saber que no esta sola, debe saber que es necesaria, importante y decisiva para otras generaciones pasadas y futuras, debe saber que lo que encanta de la vida no es el mundo que se recibió si no el que podemos dejar.
Para encantarse con la vida una generación necesita revelarse, el desencanto se contagia fácil pero el encanto es un trabajo de hormigas.
El encanto nos necesita a todos haciendo lo que amamos y amando lo que hacemos, porque es mentira que las cosas son como son, las cosas son como dejamos que sean.
El mundo cambia cuando nosotros cambiamos, y para eso hay que creer que el cambio es posible, es una acto de fe, un acto de valentía, un acto de compromiso, un acto de amor.
Te pueden decir que no se puede, te pueden decir que no, una y otra ves no que esto es lo que hay y que mas allá de esto no hay nada, solo un triste desencanto y que vos no podes hacer nada, que hagas lo que hagas no va a cambiar nada, es mentira es falso, mas allá del desencanto esta tu vida, tus sueños, y si vos no los haces realidad alguien los vive por vos, alguien se adueña de tus sueños, de tu vida.
Mientras caen bombas que confirman que nada tiene sentido, mientras bombardean a una generación desencantada, acá hay otra generación, encantada con la vida y con la realización de sus sueños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario